Diario de Viaje: Marruecos – Llegada y primer contacto

Día 1 – LLegada a Marrakech

Viajé desde Bilbao a Santander (1 hora y media en autobús) para coger el vuelo operado por Ryanair en Santander a las 19h00 con llegada a Marrakech a las 20h20 (siendo que allí es una hora menos).

Para viajar de España a Marruecos con estar en el aeropuerto dos horas antes es suficiente, el lío viene una vez allí. LLegué a Marrakech y no os creéis que es llegar y ya está. Según llegas tienes que rellenar una hoja que es un parte de policía donde indicas tus datos personales, el motivo del viaje y el hotel/alojamiento en el que vas a estar en tu estancia. En mi caso puse el nombre del primer hotel en el que iba a quedar.

Tras rellenar la hoja viene una cola inmensa (por lo menos 15 minutos de espera) para enseñar el pasaporte en la policía, junto con la hoja que has rellenado, y para que te lo sellen. Asimismo, lo que vino a ser llegar a Marrakech a las 20h20 se ha convertido en llegar a las 21h30, una vez que hasta esa hora no pude salir del aeropuerto. Una vez pasado el control de policía, tienes que volver a pasar las maletas por el control de seguridad y finalmente puedes salir a respirar aire marroquí.

Antes de llegar al tramo final de acceso a la calle del aeropuerto me dio por buscar un baño y en la zona de los baños había un montón de chicas de diferentes compañías telefónicas vendiendo tarjetas de datos y llamadas para el móvil. Una vez que viajé sola, y no sabía hasta qué punto iba a poder encontrar algo por el estilo a lo largo del viaje (ni tampoco iba a ir a aventurarme sola a la noche por las calles de Marrakech en busca de una tarjeta para el móvil), decidí comprar allí mismo la mía, incluso porque tenía que llamar a mi familia y pareja para tranquilizarlos con mi llegada. La tarjeta me costó 10€, de la compañía Orange, y venía con 10Gb de datos (que dan de sobra y más para una semana allí). Todo el proceso de colocación de la tarjeta y activación lo hacen ellas allí mismo. Ya en Marrakech me uní a un grupo y por la noche fuimos a comprar tarjetas para sus móviles y debo deciros que mi recomendación es que lo hagáis como yo, en el aeropuerto. Mucho más seguro y me salió incluso más barato, así que no dudéis en hacerlo allí mismo.

Ya con mi tarjeta en el móvil llamé al guía que quedó de ir a buscarme para trasladarme al hotel junto con el resto del grupo. Nos han recogido en un monovolumen de 8 plazas con aire acondicionado – hacía 30 grados a las 10 de la noche – y nos llevaron al Hotel Islane. Por el camino, nuestro guía nos fue dando consejos de dónde cenar por Marrakech – nunca en la Plaza Djeema-El Fna – y nos recomendó un lugar cerca del hotel que se llamaba Pic-Nic de comida rápida (hamburguesas, pizzas, ensaladas) a buen precio y muy higiénico. También nos alertó para el peligro de robos en la Plaza, que tengamos mucho cuidado con nuestras pertenencias y además añadió que hay monos y encantadores de serpientes que pueden pedir hasta 30€ por una foto y que no paguemos nunca más de 2€. Por si no leísteis el post anterior, contraté un tour con una agencia que incluye los traslados desde el aeropuerto al hotel y todo lo demás – lo podéis ver aquí.

El cambio

Fue de camino al hotel también que Moha (nuestro guía) nos aconsejó el mejor lugar para hacer el cambio de euros a dirhams. Os vais a dar cuenta que casi en cada esquina podéis hacerlo, pero fue en el Hotel Ali donde conseguimos la mejor recompensa para el cambio, siendo que por 1€ nos dieron 10,67Dhr, es decir casi 11 dirhams por euro cambiado.

 

El hotel

Nos hemos quedado alojados en el Hotel Islane & Spa. El hotel está ubicado justo en frente de la mezquita Koutoubia (con unas vistas increíbles hacía ella desde la terraza superior) y a 3 minutos caminando de la Plaza Djeema-El Fna. He de confesar que antes de emprender el viaje y conociendo todos los lugares donde íbamos me dio por buscar reseñas y fotos de cada uno de ellos y este era el que PEOR puntuación tenía en Google. Se supone que es un hotel de 3* con una puntuación de 3,5* en Google y leí muy malos comentarios de la gente como que el hotel estaba sucio, las sábanas no estaban limpias, había chinches en la cama, la habitación olía mal… vamos que como se suele decir, nada que probarlo uno mismo para sacar sus propias conclusiones. Me fui completamente acojonada a este hotel, aún sabiendo que sería solo una noche, y salí gratamente sorprendida. Claro que no es un super hotel, pero la habitación estaba decente, limpia, el baño me imagino que sea típico de las casas en Marruecos ya que no dispone ni de bañera, ni de plato de ducha, es un agujero hecho en el suelo, una cortina y listo. Pero cuando vamos a un lugar de estos no podemos esperar lujos y menos en un 3*. Yo solamente buscaba higiene y ausencia de bichos… y eso encontré. Para nada fue decepcionante y para dormir una noche estuvo bastante bien.

 

Primer contacto con Marrakech

Una vez que llegamos a la hora que llegamos, dejamos nuestras pertenencias en el hotel y estábamos por nuestra cuenta esa noche para cenar en Marrakech. Hicimos caso del guía y fuimos, en grupo, al tal PikNik y la verdad que se puede decir que parecía bastante decente y limpio el local. Teníamos pizzas por 4€, wraps/fajitas por 3,5€ y la bebida no sobrepasaba el euro. Al ser un local tan afamado por relación calidad-precio todas las mesas estaban ocupadas y los pedidos tardaban 45 minutos en salir, por lo que hemos dejado el nuestro hecho y fuimos en busca de tarjetas para móviles mientras se hacía nuestra cena.

El primer contacto con Marrakech fue… decepcionante. Sí, por un lado la ciudad es muy impactante pero a la vez agobiante. Por la carretera ves coches, motos, autobuses, bicis, burros, caballos… todo por el mismo carril. La famosa Plaza Djeema El-Fna es un auténtico CAOS, te hace tener los 5 sentidos más que en alerta. A cada lado que mires está ocurriendo algo, hay muchísima gente por la calle. Eso de la gente que dice que Nueva York nunca duerme es que no ha estado nunca en Marrakech. Puedo decir que Marrakech está bien para pasar unos días pero vivir allí te lleva a la locura. Hay muchísima hambre, la gente te ve con comida por la calle y te la pide, a nosotros, que hemos aprovechado para comprar algo de comida para todo el viaje (galletas, chocolatinas, etc) y que lo llevábamos dentro de bolsas venían niños y nos rebuscaban las bolsas y nos pedían galletas. A mí se me paró una niña delante y me pidió comida y yo dije que no tenía y se me abrazó a la cintura, no me dejaba caminar. Los compañeros de viaje me han dicho que tuviese cuidado porque podía ser un táctica de robo. Pero para que os hagáis a la idea del caos que puede llegar a ser esta ciudad.

Una cosa que me ha sorprendido BASTANTE es que antes os hablé de las bolsas donde llevábamos la comida para el viaje pero lo que no os dije es que NO USAN bolsas de PLÁSTICO. Son todo bolsas como de microfibras o una tela muy fina donde guardan las cosas. Me sorprendió mucho que un país subdesarrollado tenga esta iniciativa respecto a algo tan perjudicial con el medio ambiente. Eso sí… no sé si no las usan por cuestiones medioambientales o si realmente es porque no tienen acceso a ellas debido a los elevados precios del petróleo. Me quedo con la duda, si alguién sabe la respuesta que me lo deje en los comentarios.

Y así terminó mi primer día en Marruecos. Momento de volver al hotel y dormir que al día siguiente nos recogían a las 8 de la mañana para seguir la aventura.


Hasta el próximo post ♥

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